El Gobierno de Bolivia confirmó hoy que 16 personas murieron en los enfrentamientos armados ocurridos en los últimos días en la región norteña de Pando, donde ayer se decretó el estado de sitio.
A la cifra inicial de nueve fallecidos se han sumado otras siete personas, cuyos cuerpos se encuentran aún en el monte y las orillas del río cercanas a la zona del enfrentamiento a la espera de ser evacuados, dijo el ministro de Gobierno (Interior), Alfredo Rada, en una entrevista a Radio Fides.
Los fallecidos, en su mayoría, son consecuencia de los choques producidos el pasado jueves en la localidad de Porvenir, cerca de Cobija, la capital de Pando, entre campesinos leales al presidente Evo Morales y grupos opositores autonomistas.
Rada enfatizó hoy que, en criterio del Ejecutivo, lo que se produjo ese día no fue un enfrentamiento sino una "verdadera masacre" de parte de funcionarios de la Prefectura (Gobernación regional) y "sicarios" extranjeros que asesinaron a los campesinos.
Esa versión es totalmente distinta a la que ha dado el prefecto (gobernador) de Pando, el opositor Leopoldo Fernández, quien en las pasadas horas acusó al mismo Ejecutivo y a los sectores afines de haber causado los incidentes violentos.
Según Rada, las magnitudes reales de la "masacre" se conocerán en los próximos días porque, además de los 16 cadáveres hallados, hay reportes extraoficiales que hablan "de más de una treintena de cuerpos que habrían sido vistos después de lo ocurrido hace dos días".
Confirmó también que la noche pasada en el aeropuerto de Cobija murieron dos personas, un militar y un civil, aunque no precisó si estos casos forman parte de los 16 fallecidos reportados hoy.
Los enfrentamientos a tiros en el aeródromo de Cobija se produjeron durante un choque entre civiles opositores y militares que llegaron a la ciudad para hacer cumplir el estado de sitio.
El ministro afirmó que se trata de la mayor "masacre" de Bolivia en democracia, incluso proporcionalmente superior a la ocurrida en El Alto en 2003, donde murieron 60 personas, si se compara la población de esta ciudad aledaña a La Paz con el muy inferior número de habitantes de la región de Pando.
Rada subrayó que este "crimen de lesa humanidad" no quedará impune y será investigado por fiscales que están viajando a Pando. EFE
A la cifra inicial de nueve fallecidos se han sumado otras siete personas, cuyos cuerpos se encuentran aún en el monte y las orillas del río cercanas a la zona del enfrentamiento a la espera de ser evacuados, dijo el ministro de Gobierno (Interior), Alfredo Rada, en una entrevista a Radio Fides.
Los fallecidos, en su mayoría, son consecuencia de los choques producidos el pasado jueves en la localidad de Porvenir, cerca de Cobija, la capital de Pando, entre campesinos leales al presidente Evo Morales y grupos opositores autonomistas.
Rada enfatizó hoy que, en criterio del Ejecutivo, lo que se produjo ese día no fue un enfrentamiento sino una "verdadera masacre" de parte de funcionarios de la Prefectura (Gobernación regional) y "sicarios" extranjeros que asesinaron a los campesinos.
Esa versión es totalmente distinta a la que ha dado el prefecto (gobernador) de Pando, el opositor Leopoldo Fernández, quien en las pasadas horas acusó al mismo Ejecutivo y a los sectores afines de haber causado los incidentes violentos.
Según Rada, las magnitudes reales de la "masacre" se conocerán en los próximos días porque, además de los 16 cadáveres hallados, hay reportes extraoficiales que hablan "de más de una treintena de cuerpos que habrían sido vistos después de lo ocurrido hace dos días".
Confirmó también que la noche pasada en el aeropuerto de Cobija murieron dos personas, un militar y un civil, aunque no precisó si estos casos forman parte de los 16 fallecidos reportados hoy.
Los enfrentamientos a tiros en el aeródromo de Cobija se produjeron durante un choque entre civiles opositores y militares que llegaron a la ciudad para hacer cumplir el estado de sitio.
El ministro afirmó que se trata de la mayor "masacre" de Bolivia en democracia, incluso proporcionalmente superior a la ocurrida en El Alto en 2003, donde murieron 60 personas, si se compara la población de esta ciudad aledaña a La Paz con el muy inferior número de habitantes de la región de Pando.
Rada subrayó que este "crimen de lesa humanidad" no quedará impune y será investigado por fiscales que están viajando a Pando. EFE
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