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lunes, 17 de noviembre de 2008

¡Vamos por el No! (II)



Susana Seleme Antelo



No sólo porque la autonomía, hoy incluida en ese proyecto constitucional, nada tiene que ver con la demanda autonómica, votada y refrendada en al menos cuatro actos electorales y en cuatro departamentos. Esa concesión autonómica es otro engaño, porque, como dice Juan Carlos Urenda, nos dan “una casa sin muebles”, pues las competencias legislativas de una autonomía real están archivadas en la miopía centralista andina y el proyecto de Constitución del MAS. Su gente, las clases dominantes y las élites de occidente nunca quisieron ver las autonomías como parte del cambio necesario para establecer una nueva relación entre territorio, poder y población, fiel al respeto de la diversidad y las diferencias. Sólo vieron el peligro de ‘compartir’ el poder político.
Vamos por el No por principio y apego a los valores de la democracia, siempre perfectible. Es decir, la democracia como libertad individual, como igualdad y libertad políticas, como igualdad social y étnica, como oportunidad y libertad económicas. Ninguno de esos valores son respetados en el texto de marras, ya que lo plurinacional-comunitario-indígena-originario-campesino tiene preeminencia sin miramiento alguno sobre lo individual, mestizo e intercultural. Se da prioridad al ‘poder social’ de sus ‘milicias-movimientos sociales’ sobre los derechos y las garantías de las demás personas. Entre otras razones, por eso, ¡vamos por el No!
Vamos por el No para rescatar a Bolivia de la impostura del ‘odio a la riqueza’ y a la acumulación que pregonan Morales y sus hombres, cuando en los hechos viven fascinados con el consumo. Lo que están haciendo para seguir ‘consumiendo’ es expandir la corrupción grande, mediana y chica sin medida ni clemencia y a todo nivel.
Vamos por el No para impedir que el sistema productivo agropecuario, el manejo sostenible y renovable de los bosques, y la seguridad alimentaria se hundan irremisiblemente en el comunitarismo sin futuro comercial competitivo. Votemos No para que el ‘asilamiento’ comercial, exportador e integrador con el resto del mundo deje de ser el pan de cada día que comemos hoy. Vamos por el No para frenar la escalada de ineficiencia en la gestión y administración públicas, que sumada a la crisis global que ya llegó, generará más desempleo, menos oportunidades económicas y sociales, y más –mucha más– pobreza, como ya lo anunciaron portavoces del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Votaré No porque, aunque el susodicho proyecto obliga, sin atenuantes, a la aplicación del art. 266 del Código Penal, es decir, el aborto terapéutico en casos “de delito de violación, rapto no seguido de matrimonio, estupro o incesto”, es una Constitución machista, como el propio presidente Morales, fiel a la cultura patriarcal en la que las mujeres ‘deben ser y seguir siendo’ para los demás y no para nosotras mismas.
Vamos por el No porque a pesar de que el ‘criminal-ilegal’ estado de sitio en Pando se levantará el 23 de noviembre, el prefecto Leopoldo Fernández seguirá detenido y confinado en San Pedro, contraviniéndose y violándose todos los pasos jurídicos procesales que le asisten a un ciudadano, sobre la base de que mientras no se demuestre lo contrario, ese ciudadano es inocente.
Nuestro No debe poner freno al MAS y a sus hombres para que dejen de cometer más abusos y escarnio a la convivencia democrática, y para que dejemos de ser cómplices impotentes de la mascarada democrática masista. Por eso, ¡vamos por el No!

* Máster en Ciencias Políticas

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