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jueves, 20 de noviembre de 2008

El Alto: ¿La ciudad más neoliberal de Bolivia?




El neoliberalismo considera contraproducente el excesivo intervencionismo estatal en materia social o en la economía, y defiende el libre mercado capitalista como mejor garante del equilibrio institucional y del crecimiento económico de un país.
En la economía de mercado los productores, vendedores y consumidores coordinan sus planes interactuando en el mercado. Toman sus decisiones maximizando la ganancia, en el caso de los oferentes, y maximizando la función de utilidad, en el caso de los consumidores. La producción, distribución y consumo, así como los precios y las condiciones de intercambio, se determinan exclusivamente a través de la oferta y la demanda.

El caso de El Alto es singular, no solamente por ser la ciudad de Bolivia que más exporta al mundo, sino que sumando todo lo que exportan las ciudades capitales, no alcanzan a la mitad de lo que exporta esta ciudad a más de 30 países con un valor superior a los 300 millones de dólares, y lo hace en el marco del liberalismo económico del comercio mundial, donde intervienen compradores y vendedores, en un libre juego de la oferta y la demanda.

En la feria de la Villa 16 de Julio de El Alto, que probablemente esté entre las más grandes del mundo, se transa, bisemanalmente, muchos millones de dólares en la más evidente forma de abierta economía de mercado; donde los precios de mercancías, de bienes nuevos y usados, no están controlados por nadie, el Estado no interviene en la regulación de precios. Allí conviven pequeños comerciantes informales (casi todos lo son), cuyos capitales, a la vista, quien sabe si no alcanzan a 200 bolivianos, con comerciantes propietarios de edificios de 5 pisos que realizan ventas por muchos de miles de dólares en un día, sin contar a los cientos se vendedores de vehículos. Allí todos los precios están establecidos por la oferta y la demanda.

Pero El Alto no es solamente la Villa 16 de Julio, sino que la Ceja y la avenida 6 de marzo, de varios kilómetros de longitud, están llenos de comerciantes que se someten a la ley de la oferta y la demanda; además esta ciudad es una etapa para muchos productos agropecuarios con destino a la ciudad de La Paz, cuyos precios son transados en una floreciente y abierta economía de mercado.

La paradoja, en El Alto, está en que sus líderes son encarnizados y declarados enemigos del neoliberalismo y de Estados Unidos, donde va del más del 50% de sus exportaciones, mientras sus habitantes practican la economía mercado, con todos sus defectos y virtudes, mejor que en cualquier ciudad de Bolivia y quien sabe si del mundo.


Héctor Revuelta Santa Cruz
Ing. Civil, docente de la Facultad de Ingeniería de la UMSA.

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