Rechazo a Constitución masista

Mario Ojara Agreda

El proyecto de país castrocomunista que postula el MAS requiere el uso de la fuerza, los “movimientos sociales” son violentos, congresistas de la oposición sucumbieron presionados por los dinamitazos y los gritos de “Constitución o muerte”. La aprobación del desparpajo hecho en Oruro por robots ‘levantamanos’ cuesta sangre y luto al país, muertos y heridos en Sucre, confrontación bélica de masistas contra autonomismas en Pando, diáspora de la población civil de Cobija al Brasil ante la represión militar. La marcha de mercenarios hacia la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, el centro de adiestramiento guerrillero en Yucumo para la toma de la ciudad de Trinidad, la marcha para el cerco de la plaza Murillo, es el precio que pagamos para la reelección de Morales y la consolidación de la dictadura castrocomunista en la era de la globalización y el neoliberalismo que impulsan la República Popular de China y la República Federativa de Rusia, potencias que tiraron por la borda el comunismo y proporcionan bienestar a sus poblaciones.

La Constitución masista crea un “Estado plurinacional” como fue la Unión Soviética bajo el régimen comunista, destruye la unidad nacional, divide al país en compartimentos estancos. Es preciso recordar que el Estado nació en Europa a raíz de la desmembración del Imperio carolingio en la alta Edad Media para que cada nación construya su propio Estado y forje un destino común. El MAS ignora que Bolivia sufrió vicisitudes históricas, perdimos más de la mitad de nuestro territorio, nos arrebataron el mar, Bolivia debe ser una potencia con una Nación cohesionada y solidaria, incorporada plenamente al mundo de hoy, cuyo rasgo más notable es el avance científico y tecnológico.

La Asamblea Legislativa Plurinacional muestra una anfictionía o liga de naciones, no hay Estado, no hay Congreso Nacional, el MAS crea 37 naciones. En vez de proponer semejante absurdo político debería crear empleo. La población activa emigra por falta de fuentes trabajo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos establece como único requisito la idoneidad para ocupar un cargo público. Los funcionarios públicos deben hablar y escribir correctamente el español y, si quieren, pueden aprender una lengua nativa. El requisito de idoneidad exige que el Jefe de Estado sea un estadista no un improvisado.

Nuestro país debe recuperar una salida soberana al mar para conectarse libremente con el mundo, recuperar las aguas de los manantiales del Silala y del río Lauca para transformar el altiplano en una región agropecuaria. La Constitución masista enfrenta a bolivianos contra bolivianos, no se compadece de Bolivia. Con el padrón electoral hecho por expertos en fraude para que Morales no baje del 67 por ciento, el MAS tiene en el bolsillo el referendo del 25 de enero del 2009 y la reelección de Morales. Los congresistas de la oposición defeccionaron, no exigieron un nuevo padrón electoral.

La Autonomía Departamental fue más parcelada, el establecimiento del Gobierno Departamental Autónomo y la descentralización profunda son incompatibles con el totalitarismo castrocomunista. Los “movimientos sociales” al mando de Morales son la última ratio, el superpoder. Necesitamos una Carta Magna que ubique al país en la ruta segura del desarrollo de acuerdo con las condiciones en que se desenvuelve el mundo contemporáneo.

La autonomía tiene como objetivo fundamental acelerar el desarrollo y para ello la tierra y los recursos naturales son temas que corresponden a las competencias normativas de la Asamblea Legislativa Departamental. Los pueblos del Beni, Pando, Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca, integrados en el Conalde, están llamados a constituir una Comunidad Autonómica. Bolivia necesita una Constitución Política hecha por consenso para salir del grupo de los 18 países más pobres del mundo, la lucha es por la vigencia de la Autonomía Departamental plena en libertad y democracia y la defensa de la Patria en esta hora histórica.