En el principio, el que se decía “Presidente Indio de Bolivia”, Evo Morales Aima, despertó sentimientos de admiración, respeto, afecto y mucha consideración en todos los países del mundo. Era el único (no el primero, por cierto) “indio” que llegaba al más alto cargo de una nación tras elecciones libres y democráticas y con mayoría absoluta. Nosotros mismos, los bolivianos, quedamos sorprendidos y no pocos “shokeados” (moralmente golpeados) ante tan sensacional victoria electoral. Es más, tanto dentro como fuera del país, se pensó que Evo Morales, pese a su falta de preparación y escasa educación y cultura, podría ser un buen Presidente, al menos mejor que sus antecesores, más honesto o, mejor, menos corrupto. Pero ese pensamiento y esas esperanzas, estaban condicionadas a que el nuevo “Presidente indio” (que en verdad no es ni ha sido indio) se rodeara de ministros, asesores y consejeros del más alto nivel profesional y académico con conocimientos profundos de temas económicos, financieros, jurídicos, políticos, sociales, agropecuarios, campesinos, obreros, laborales y, en fin, de todas aquellas materias que un Gobierno debe atender para lograr el desarrollo de la nación y el bienestar de su pueblo. Lamentablemente, a más de dos años de ejercicio del gobierno, don Evo no ha demostrado tener un equipo capaz y honesto para conducir mejor los destinos de la Patria. Y, como acaba de afirmar en Barcelona, España (Agencia EFE), el escritor peruano Mario Vargas Llosa, conocedor de Bolivia porque hizo sus primeros estudios en Cochabamba y se casó originalmente con una boliviana, “Evo está llevando a Bolivia por el camino de un racismo monstruoso”.
Ocurre ahora, lamentablemente, que Evo Morales ya no inspira admiración, inspira más que todo, compasión, en nosotros, los bolivianos, compasión por la Patria mal gobernada, y en el resto del mundo, compasión por la incapacidad de quienes lo mal asesoran y lo llevan por mal camino. Compasión porque, lejos de rodearse de excelentes profesionales, que los hay en gran cantidad en Bolivia, se rodea de gente incapaz, ignorante y corrupta. Es más, ya es común en el mundo entero, la realidad de que el presidente Morales obedece a dictados del gobernante autócrata de Venezuela, Hugo Chávez, y también de la dictadura castrocomunista de Cuba. Ahora el presidente Morales cuenta con el apoyo de regímenes autoritarios.
Dice “El Universal” de Caracas que Chávez ha dado (donado, regalado, prestado o invertido) a Bolivia, concretamente a su colega Evo Morales, la asombrosa cantidad de 6.800 millones de dólares. ¿Qué se ha hecho con ese dinero? ¿En qué se ha invertido? ¿Es con ese dinero que se paga a los miles de cocaleros, originarios, campesinos, ponchos rojos, ponchos “uayrurus”, etc., etc., cuando son llevados a marchar, bloquear, cercar ciudades, provocar enfrentamientos para luego esconder la mano y, en fin, para mantener al país en estado de parálisis y de angustia? Mientras recibe esos cheques venezolanos por miles de millones de dólares, fuentes internacionales afirman que la cantidad de pobres en Bolivia ha aumentado en los dos últimos años, años de Evo, en cerca de 400 mil personas. Increíble, pero cierto. Ahora se financia una “gran marcha” desde Caracollo hasta La Paz para presionar y amenazar al Parlamento a que dé vía libre a la convocatoria a un nuevo referéndum destinado a aprobar, “por las buenas o por las malas”, amenaza del presidente Evo Morales, el texto constitucional “chuto”, ilegalmente aprobado por una asamblea exclusivamente masista.
A pesar de esa realidad, el gobierno de Evo se atreve a ofender a EEUU, a sus gobernantes y embajadores, ocasionando el cierre del mayor mercado mundial para las exportaciones bolivianas, echando a su Embajador poco menos que a patadas, indudablemente atendiendo el consejo de su mentor Hugo Chávez que, luego, hizo lo mismo. ¿Y ahora qué? Bueno, dice Evo, suspendido el ATPDEA para Bolivia, venderemos nuestros productos (textiles y otros) a China comunista, India, Irán, Brasil.... Aparentemente, la ignorancia de sus asesores no le permite a Evo saber que esos países están inundando el mercado mundial con sus textiles y otros productos que Evo quiere venderles. Esto demuestra claramente que la unión de los polos ignorancia y soberbia ocasiona un cortocircuito descomunal que conduce al despeñadero. Eso está ocurriendo en Bolivia. Ese cortocircuito está poniendo en peligro 50.000 puestos de trabajo y está ocasionando el éxodo de miles de pequeños y medianos industriales, así como la quiebra o el cierre de más de 500 grandes industrias que dejarán en la calle a miles de trabajadores. ¿Así funciona el “movimiento al socialismo”, llevándonos al descalabro total?
Algo más. Don Evo afirmó engañosamente a sus oyentes, que Venezuela será mejor mercado para los productos bolivianos, precisamente en el momento en que su amigo, colega, comandante y mentor Hugo Chávez, cierra su mercado para los textiles bolivianos como se ha denunciado esta semana desde Caracas. Y todavía algo más. Ese “gran amigo” venezolano que llena los bolsillos de Evo Morales con cheques de hasta 6.800 millones de dólares, ahora anuncia que mandará su gas a los mercados de Brasil, Argentina y Uruguay, quitando a Bolivia mercados para el gas que no se produce desde la mentada “nacionalización” (estatización) de los hidrocarburos. A varios gobernantes les he aconsejado: “Confía en los que te critican más que en los que te adulan; los primeros generalmente son sinceros; los segundos generalmente son hipócritas”. Ojalá Evo tome en cuenta este pensamiento, por su propio bien y del gobierno. Hay algo más dramático: Bolivia está camino a convertirse en un país narcotraficante. Con la expulsión de USAID y la DEA, la producción de coca-cocaína se incrementa peligrosamente. Mientras se erradica coca de 100 hectáreas, se planta coca nueva en 500 hectáreas. La proporción tiende a aumentar. Razón demás para figurar en la “lista negra” internacional de productores de droga y para la pérdida de los beneficios del ATPDEA.
Finalmente, no es posible pasar por alto los acontecimientos de Pando y Villa Montes. Nos recuerda hechos luctuosos similares a los de la época movimientista (1952-64) con asaltos, asesinatos, campos de concentración, con sayones como los Gayán, Sanromán, Pepla, Menacho, Blunfield y otros tenebrosos verdugos de opositores y de periodistas independientes. Parece que en el Ministerio de Gobierno y en otros, se anidan algunos discípulos de aquellos sátrapas que están pisoteando la justicia, los derechos humanos y la democracia. ¿Llegaremos a esa situación con este Gobierno? Dios no lo permita.
Samuel Mendoza
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martes, 7 de octubre de 2008
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