Bolivia se encuentra en la encrucijada más grande de su historia. Las posturas de los sectores priman en las calles por sobre cualquier mesa de diálogo, observándose una fuerte polarización de la visión de país que se quiere.
Esta polarización tiene un fundamento, el cual es la composición geográfica, sociológica y cultural del país. Bolivia está dividida en dos zonas: Occidente y Oriente, que, entre sí, son distintas en lo que refiere a topografía, condiciones climáticas y naturales, aspectos que han influido en sus habitantes, formando en éstos marcadas idiosincrasias.
Es así que el mestizaje ha servido de engranaje entre orientales y occidentales, configurándose así una nueva identidad y determinando que todos quienes nacen en Bolivia sean mestizos, unos más que otros, pasando a ser parte de un “todo nacional”, al margen de cualquier diferencia existente.
Pese a que todos somos mestizos, algunos en un grado mayor a otros, la zona en la cual vivimos nos configura la forma de pensar y de ver al mundo, razón por la cual debemos respetar y reconocer las diferencias existentes, pero resaltando lo que nos une a orientales y occidentales: la pertenencia a una misma Patria.
Es un grave error el ahondar irreconciliablemente tales diferencias, como busca el Proyecto de Constitución Política del Estado al categorizar a los “plurinacionales” como aquéllos que tienen origen indígena y a los “bolivianos” a quienes son blancos y mestizos; es más, las diferencias se agravarán cuando en los documentos de identidad se las estipule y, de esta forma, la nacionalidad será la aymara, quechua… mas no la boliviana, reservada ésta a los blancos y mestizos, pero no como tal sino como ciudadanía. La pregunta es: ¿cuál será el criterio para “clasificar” a una persona como mestizo, si es que también tiene raíces indígenas?
El Censo Nacional de 2001 no configuró lo mestizo cuando se consultó a los censados sobre su origen, razón por la cual los porcentajes de personas que se declaraban indígenas crecieron, al no existir la opción “mestizo”. En 2006, la Fundación Unir realizó una encuesta en la que el 69% de los consultados se consideró mestizo; en 2008, nuevamente esa Fundación hace una encuesta en la cual el 73.3% se considera mestizo. Remontándonos más, en 1996 Gonzalo Rojas Ortuste y Luis Verdesoto Custode publicaron un estudio en el que más del 55% de los habitantes se consideraban mestizos.
Nadie duda que los bolivianos tenemos nuestras diferencias, pero sobre esa diversidad, tanto de origen como de pensamiento, se debió encontrar puntos de convergencia sobre aspectos que a los nacidos en Bolivia nos convierten en nacionales bolivianos, y no como plantea el Proyecto de CPE: unos plurinacionales y otros bolivianos, lo cual va en desmedro de un país que, con sus virtudes y defectos, nos otorga una nacionalidad: la boliviana.
El propio Libertador Simón Bolívar, icono de los revolucionarios que en este siglo pregonan el socialismo, dio a Bolivia una Constitución de corte liberal, que respetaba la independencia de poderes, las garantías individuales y colectivas, aspecto que no es cumplido por sus seguidores. Fue él quien, sabiendo que el mestizaje llegaría a todos, dijo “Boliviano: es el nombre que me pertenece antes de nacer”.
Paul Antonio Coca Suarez
El autor es abogado y docente universitario.
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martes, 7 de octubre de 2008
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