Desconsideración oficial

Desconsideración oficial

Con soberbia y prepotencia las autoridades nacionales lo único que están logrando es agudizar la confrontación con los diferentes sectores de la sociedad, lo que se refleja en la grave crisis que afecta a Bolivia, que los gobernantes no quieren reconocer, porque están más interesados en la campaña electoral oficialista para lograr la aprobación del nuevo texto constitucional propuesto por el Movimiento Al Socialismo. Este es el “proyecto estrella” del Gobierno, que cumplió más de la mitad del periodo constitucional que le corresponde, tiempo en el que poco trascendente hizo, como la Renta Dignidad, denominada por anteriores gobiernos como Bonosol, y el Bono “Juancito Pinto” que beneficia a estudiantes de primaria del sistema fiscal, consistente en 200 bolivianos anuales. En cuanto a la decisión del Ejecutivo para recuperar las empresas estatales capitalizadas, para que sean administradas por profesionales bolivianos, los resultados no son los esperados y su producción declina.

Por la soberbia y el abuso con los que vienen actuando las autoridades y políticos del partido oficialista, la población al final tiene que soportar los desaciertos gubernamentales. Ellos consideran que al estar al mando de la Nación tienen derecho a hacer lo que mejor les parezca, sin tomar en cuenta las necesidades de los bolivianos. Esto queda demostrado con la elevación del costo de vida, el incremento de los precios de los alimentos, la falta de inversión para hacer realidad proyectos, la escasez de fuentes de trabajo, el crónico desabastecimiento de hidrocarburos y ni qué decir de la institucionalidad del contrabando y la corrupción en diferentes niveles de la administración pública, donde el MAS tiene presencia.

Otra muestra de falta de consideración la dio el Ejecutivo al decidir no asistir ni participar en la ceremonia de Inauguración del Año Judicial, que se cumple el 2 de enero de cada año en los diferentes distritos judiciales del país. El Presidente de la República adelantó que no estará presente en la Corte Suprema de Justicia en la Capital de la República, para participar en la ceremonia de instalación del Año Judicial 2009, aduciendo que no puede sentarse junto a magistrados designados por determinaciones de los partidos del neoliberalismo cuando ejercían el mando del poder, por lo que los denunció como militantes del MNR, ADN, MIR y MBL. Pero en su equipo de colaboradores también están personas que militaron y colaboraron con los partidos de Gonzalo Sánchez de Lozada, Jorge Quiroga, Jaime Paz Zamora, Antonio Araníbar, muchas de las cuales le están haciendo cometer errores que impiden que el partido de Morales Aima cumpla con los planes que tenía cuando asumió la Presidencia de la República.

Resulta difícil comprender que un Presidente sea víctima del resentimiento, lo que le impide instaurar un régimen de gobierno abierto y de beneficio a todos los bolivianos, dejando de lado la discriminación y el favoritismo. Con la posición que viene asumiendo profundiza el conflicto de poderes. Con tales actitudes se muestra desesperado por tomar el control de todas las instituciones estatales y de los tres Poderes del Estado, con la finalidad de que no exista entidad alguna, menos organismo social que cuestione los desaciertos que viene cometiendo. Los ejemplos que demuestran esa angurria de poder del Movimiento Al Socialismo sobran y una de las últimas es la destitución del Contralor General de la República con argumentos no válidos, demorando así la investigación de casos de corrupción en diversas instituciones del Estado.

Al Primer Mandatario le restan dos años de gestión, por lo menos en ese tiempo que le queda tiene que empezar a gobernar para todos los bolivianos y dejar de lado los favoritismos. De nada vale un Gobierno discriminador, porque está causando resentimiento y resistencia no sólo entre los opositores, sino entre su propia gente, porque no está respondiendo a los compromisos contraídos. Es el caso de la ciudad de El Alto, ignorada por la actual administración gubernamental que no atiende sus requerimientos. Está más interesado en potenciar a los movimientos sociales que responden a la condición social del Jefe de Estado, como son los cocaleros del Chapare.


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