La imbatible corrupción

La imbatible corrupción


Sin embargo, a juzgar por los pasos en falso que ha dado Quintana a lo largo de estos tres años y, pese a ello, siempre ha salido ileso políticamente, no existirían motivos para pensar en que Morales esta vez podría cambiar de opinión sobre su cercano colaborador.
La posibilidad de que se confirme que la Aduana Nacional ha sido atravesada por la ilegalidad tiene desilusionada a mucha gente que apostó por el cambio pero ahora se informa de una denuncia con serios indicios de corrupción.

Esa denuncia proviene del anterior presidente de la Aduana, general César López, e involucra, en primera línea, al ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, conocido por su influencia en el más alto nivel del Palacio de Gobierno. Según esa versión, Quintana autorizó, en persona, el ingreso de 17 camiones cargados de contrabando a mediados de año en Cobija, Pando.

López fue destituido hace pocas semanas y reemplazado por el general Wilfredo Vargas. En el pasado, el cargo de presidente de la Aduana Nacional recaía en manos de funcionarios de mucha confianza de los altos dignatarios, porque servía para la recaudación de fondos para el partido en función de gobierno.

Por lo tanto, si se comprobara la denuncia en contra de Quintana, además de otros casos de corrupción que se han conocido en los últimos tiempos, esta administración gubernamental se colocaría al mismo nivel que las anteriores. Basta recordar que el propio presidente Evo Morales ha alertado de actos de corrupción en “niveles bajos” de YPFB; justamente por ese motivo asumió Vargas en dicho cargo, según explicó el mandatario. También el ministro de Salud, Ramiro Tapia, detectó hechos similares en su área, y lo mismo ocurrió en el Viceministerio de Vivienda.

Por la delicadeza del tema contrabando y por implicar a uno de los principales colaboradores del presidente Morales, la denuncia de López debe llamar la atención del Gobierno en pleno y de los movimientos sociales que lo sustentan. La honradez en el manejo de la cosa pública y la credibilidad de la población están en juego.

La primera reacción de algunos ministros de Estado ha sido la solidaridad con su colega Quintana, un personaje cuyos antecedentes no ayudan a la confianza general en el gobierno de Morales. El actual Ministro de la Presidencia, ex alumno de la Escuela de las Américas, ha sido vinculado con el multimillonario húngaro George Soros, considerado el mayor especulador financiero del mundo. Y, por otra parte, se sabe que entre sus antecedentes en la institución castrense, tuvo un problema ligado al contrabando.

Este ministro nunca fue santo de devoción de las bases sociales del MAS y, ahora, con los indicios de corrupción en los que se ve involucrado, reaparecen los pedidos de que el Presidente lo aleje de su gobierno. Sin embargo, a juzgar por los pasos en falso que ha dado Quintana a lo largo de estos tres años y, pese a ello, siempre ha salido ileso políticamente, no existirían motivos para pensar en que Morales esta vez podría cambiar de opinión sobre su cercano colaborador. Una autoridad de ese rango, incriminada por un delito tan grave, por respeto a sí misma, debería renunciar o bien se le tendría que pedir que dé un paso al costado para permitir una investigación imparcial.

Se rumorea mucho acerca del verdadero poder que tiene Quintana dentro del Palacio. El Presidente puede acabar con esas historias tomando medidas contra una autoridad que, según las denuncias y las suspicacias creadas al interior del MAS, parece no comulgar con los principios proclamados por el Gobierno del cambio.

http://www.la-razon.com/versiones/20081207_006479/nota_245_725837.htm